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¿Cristóbal o Cristóforo?

  • Foto del escritor: Ariadna Criado García
    Ariadna Criado García
  • 5 sept
  • 3 Min. de lectura

La oscuridad del enigma colombino, es tan amplia..., que ennegrece su propio nombre:


“… de la misma manera que la mayor parte de sus actos fueron realizados por algún misterioso designio, tampoco lo que se refiere a tal nombre o apellido se produjo al azar: Podríamos aducir el ejemplo de muchos nombres, que no si oculta causa, fueron puestos como indicio del efecto que iba a derivarse, como si se tratara de pronosticar las maravillas y novedades que llevaron a cabo.”
("Historia del Almirante", Hernando Colón)

Como pueden comprobar, el propio Hernando Colón reconoce que la elección del nombre y apellido de su padre no "se produjo al azar", sino que "fueron puestos (!) como indicio de lo que iba a derivarse". Son pues, motes, elegidos por lo que Hernando define como: "algún misterioso designio" u "oculta causa".



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A través de estas palabras, encaramos el misterio colombino. Es evidente por tanto, que para desentrañar cual fue exactamente la  "oculta causa" que movió la vida del descubridor, deberemos ir ahondando en cada una de las pistas que se nos van dando.



Así pues, siguiendo las indicaciones de Hernando, comenzamos por su nombre: Cristóbal.



Según la tradición, San Cristóbal fue un gigante cananeo llamado Ofero o Réprobus, que vivió durante la primera mitad del siglo III. De una envergadura física superior a los dos metros de estatura, su fuerza era tan descomunal, que decidió servir sólo al hombre más poderoso del mundo.



"San Cristóbal". Joaquín Patinir
"San Cristóbal". Joaquín Patinir

Tras años de búsqueda,  descubrió que este no era otro que Jesucristo, “aquel al que hasta el demonio temía”. Dedicado a ayudar a los viajeros a cruzar un peligroso vado o río, se convirtió al cristianismo.



Pero un día, al portar sobre sus hombros a un infante, sus rodillas se doblegaron. Perplejo, preguntó al niño quién era. Este le respondió que no era otro que el propio Jesús, y que la maravilla de su peso se debía a que cargaba sobre sus espaldas los pecados del mundo.



Tras este episodio, el propio Cristo bautizó al gigante con el nombre de Cristóforo  o "Portador de Cristo",  y le encomendó predicar. Desde entonces,  Cristóforo o Cristóbal, es considerado el santo patrón de los viajeros.



"San Cristóbal". Joaquín Patinir
"San Cristóbal". Joaquín Patinir

En 1969, sin embargo, San Cristóbal fue bajado de los altares de la Iglesia Católica al ser proclamado oficialmente no canónico. La razón, fue la clara carga legendaria que contenía su historia.



Y es que la visión de San Cristóbal como un gigante portando sobre  sus hombros a Jesús,  evoca claramente al titán Atlas de la mitología griega, condenado a cargar la esfera celeste sobre sus espaldas. Del mismo modo que "el peso de los pecados del mundo", sorprendió a San Cristóbal,  se decía que a pesar de su superior fuerza, Atlas gemía al sujetar la bóveda celeste.



"San Cristóbal llevando a Jesús". José de Ribera.
"San Cristóbal llevando a Jesús". José de Ribera.

"Atlas con el Globo de Farnesio". Museo de Nápoles     
"Atlas con el Globo de Farnesio". Museo de Nápoles     

Tras analizar la leyenda de San Cristóbal, comprobamos que  basta cambiar el peligroso vado o río por el Océano Atlántico, las dos orillas por los dos continentes, y los portentosos hombros por tres carabelas, para comprobar que efectivamente, difícilmente podríamos hallar un nombre más propio para el descubridor  de América.



La semejanza es tanta,  que parece confirmar  el hecho de que el nombre del marino fue puesto "como indicio del efecto que iba a derivarse". 



Y es que Colón no sólo  salvó el  infranqueable Atlántico, sino que también, como él mismo señala en la carta con que anuncia su Descubrimiento,  abrió el camino para que la fe de Cristo,  cruzase de uno a otro continente.



" (...) toda la cristiandad debe tomar alegría y hacer grandes fiestas, y dar gracias solemnes a la Santa Trinidad con muchas oraciones solemnes por el tanto ensalzamiento que habrán, en tornándose tantos pueblos a nuestra Santa Fe, y después por los bienes temporales; que no solamente la España, mas todos los cristianos tendrán aquí refrigerio y ganancia." 
 ( Texto V, Carta de Cristóbal Colón a Luis de Santángel, 15 de Febrero de 1493)


"La Virgen de Cristóbal Colón".  Museo Lázaro Galdiano, Madrid
"La Virgen de Cristóbal Colón".  Museo Lázaro Galdiano, Madrid



 
 
 

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